Wednesday, May 14, 2008

Experiencia de la selva, administrando un lodge...

Los posts que aparecen a continuación forman parte de tres textos escritos durante los 3 meses que estuve viviendo en la selva, como administrador de un albergue en la Reserva Nacional Tambopata, en Perú

PRIMERO

Reciban pues un gran saludo. Ha comenzado para el Andaryego una nueva etapa en la vida. A partir de este mes de febrero, cambio mi residencia limeña por una nueva casa, favor de tomar nota:

Samuel B. Morales G.
Tambopata Research Center
Domicilio conocido (entre árbol 45,256,225 y árbol 45,256,226)
Reserva Nacional Tambopata
Madre de Dios
Perú, selva amazónica.

Ajuuuuaa !! Espero dar el ancho de la chamba para la que me requieren y aguantar un buen rato. Aún no estoy en el albergue, sino en Puerto Maldonado, pero la verdad es que estoy contento de emprender este nuevo proyectín. Creo que una vez más, con todo y que nada es perfecto, la vida me ha sonreído y dado una oportunidad que solamente tienen unos cuantos: vivir dentro de un parque nacional, a unas 5 horas de la ciudad más cercana... esperen algunas fotos en breve, pero por lo pronto, imaginen esos sitios que ven en la television, con rios que hacen caminos de "u" "c" y "s" de color marrón, selva, mucha selva, árboles, muchos árboles, y cielo, mucho cielo.

Por esta vez, no hay más datos adicionales en este correo. Espero actualizar el blog tanto como me sea posible, pero tengan por seguro que los primeros días, será un poco complicado porque tengo que pasar por una capacitación.

El Tambopata, es un río, dentro de la Reserva Nacional Tambopata, en el Departamento de Madre de Dios, en la amazonía peruana.

Vengan cuando quieran: www.perunature.com (Las fotos que estoy subiendo no son todas del TRC, pero es para que se den una idea... )

(Clic a seguir leyendo)






SEGUNDO

Para los que se lo preguntan, y creo que son varios (porque tengo la fortuna de tener en mi familia, gente que apoya mis locuras), estoy bien, de hecho muy bien.

Después de haber perdido el avión por tanta despedida... y haber tenido que tomar un segundo, llegué a Puerto Maldonado, una especie de Ciudad del Carmen (Campeche), o de Casitas, Veracruz, de los años 80. Por la ciudad hay gente en miles de motos, y el calor es terrible.

Pero esto era sólo el principio del viaje. En realidad, de ahí me llevaron en una camioneta a un pueblo de nombre "Pueblo Nuevo" (tuve que pasar 2 noches en Puerto Maldonado por haber descoordinado todo el movimiento de botes con mi ausencia del día anterior), en donde embarcamos con dirección al Albergue Posada Amazonas, a 40 minutos de bote, sobre el río Tambopata.

Después de eso, estuve un par de noches en ese sitio, en capacitación total con una chica llamada Rocío que me enseñó que hay cosas importantes, estreses, prisas, desordenes y demás en la selva... Sinceramente les digo: mis años de vidorria ya me enseñaron a hacer las cosas bien desde el principio y a estresarme menos, así que es la filosofía que pienso aplicar.

Bueno, después de esos dos días, me moví hacia TRC, como se llama al Tambopata Research Center, el albergue que a partir de esta noche, me quedo coordinando. "Sólo" estoy a unas 7 horas de bote de Puerto Maldonado, en un parque nacional, en lo que podría ser, realmente, la mitad de la nada. El lugar habitado más cercano está a 2 horas y media, y es un puesto de control del parque con unos cuantos vigilantes. A partir de ese sitio, hay unas casas sobre el río, algunos extractores artesanales de oro del mismo río y así se sigue...

No hay, por supuesto, electricidad. Tenemos una planta de luz y unas celdas solares. La primera, funciona de 7:30 a 8:00 para hacer el jugo de los turistas y el desayuno; luego de 12 a 1, y finalmente de 5:30 a 9 PM. Entre esas horas, se puede usar un poco el panel solar (pero no sa mas de unas 4 horas de electricidad).

El internet funciona muy, muy lento. Razón por la que no me conecto ni al chat ni puedo ver muchas noticias.. sólo leí algo de un bombazo pero no entendí gran cosa. Yo sé que todo va bien por allá.

Bueno, el equipo no es muy grande... unas 10 personas en total, y unos 1500 turistas al año. Lo más pesadito es la coordinada con las lanchas, que de vez en cuando se vuelven una pesadilla... en realidad no es sino hasta mañana que entro en funciones.... ya les iré contando como es la cosa.

Por lo pronto, les quería contar un poco cómo está la cosa por acá... saludarles y decirles que todo está bien... espero que en unos días se regularice un poco la cosa, porque aún en el aprendizaje hay muchos tiempos que se van haciendo asuntos que uno no acaba de entender sino hasta que comete un par de errores... ya se imaginarán que no quiero dejar a ninugún turrista a media selva , jajaja

Bueno, les mando un abrazo fuerte...

Les cuento más luego... que ya vienen a hacerme el primer pedido de Santa Clós... you know...

TERCERO


Un mes

La sensación: variada; en el papel: dudas, preguntas, negociaciones inconclusas, promesas por cumplir, ideas que aterrizar; la realidad tiene el rostro que le ponemos.

Para quienes me han hecho favor de mandar mensajes, primero una disculpa muy grande. Es lamentable y falto de cortesía el no responder. Sólo puedo pedir disculpas y un poco de calma, mi vida ha dado un giro (esperado pero fuerte) que aún no logro manejar. Lo que estoy haciendo en este momento es una mezcla de vuelta al pasado, combinado con sueño de futuro e identificación de realidad. El turismo es en efecto, un bicho raro.

Me gustaría pensar en Jack London, pero la realidad es otra: no estoy hacieno nada que se parezca a una aventura extravagante, un viaje indescriptible, una jornada iniciática o una partida desde el origen. Espero que London se haya dicho lo mismo cuando fue a trabajar en las minas del norte de América, porque si no, estoy… sin palabras.

Para aquellos que imaginan que Samuel anda trepado en los árboles dominando fauna salvaje e imitando el grito de Tarzán para dominar la jungla, lamento decepcionarlos. Samuel es cargador, plomero, relacionista público, mozo, camarero, barman (abstemio), ayudante de sistemas, machetero… todo y nada.

Samuel está trabajando entre 12 y 16 horas al día por mil dólares al mes. ¿Les parece justo? Sé que muchos de los que me estiman se dicen una vez más que estoy loco, que sigo sin darme cuenta de lo que valgo o que me gusta regalar mi chamba. Sí, tal vez. Hace unos días, mientras apretaba el tubo de desagüe del lavabo de uno de nuestros 8 baños, me preguntaba si para esto había estudiado ya casi 20 años de mi vida; lo mismo sucedió cuando tuvimos que traer cargando el pedido mensual desde el muelle, que está a unos 600 metros del albergue, empujando una carreta, como en el medioevo, sobre el barro y el agua; sobre ramas y raíces. Pero Jack London me obsesiona y me digo que para hacer un buen libro, hay que vivirlo primero y así, cuando cuente mi historia, todos sabrán que es más parte cierta que parte mentira.

En la semana me dieron mi primera propina como gerente. Antes aún de haber firmado mi contrato (creo que le debo un poco a la empresa, pero más al ministerio del interior los requisitos para tener un permiso de trabajo), esos 20 dólares que me diera un gringo en la mano me hicieron reflexionar: paga más rápido el que da propina que el salario mismo. Se supone que hice bien mi chamba y logré que los “pasajeros”, como se llama a los turistas, la pasaran bien. ¿Una especie de bufón moderno?

Sí, el turismo es un bicho raro. Mientras unos se divierten, otros se levantan a las 4 de la mañana a prepararles el pan. ¿Hay un problema en ello? Desde mi óptica, que quienes hacen el pan deberían tener el derecho de divertirse también, solamente. Pero no, todos sabemos que no es así. La mayor parte de las operaciones de turismo exigen horarios demasiado fuertes a su gente. No, no los veamos como los malos de la película: ellos también compiten por precio y buscan resultados óptimos. Ellos también dependen de los tiburones que comercializan… la misma e interminable cadena de siempre. La sostenibilidad es, como dicen en buen peruano, “una huevada”.

Pero al mismo tiempo, acá no hay teléfono, el internet funciona unas cuantas horas al día, la electricidad se tiene unas 5 horas. Estoy lejos, alejado, exiliado, y eso me gusta. Es siempre que hay un precio que pagar, ¿no? Para estar en el culo del mundo eres explorador, investigador de naturaleza o empleado de un albergue alejado. Bueno, también puedes ser mono, gorila o ballena, pero el ADN mezclado aún no está disponible en el mercado.

Para los que aún tienen un poco de duda sobre mis actividades, lo más práctico sería decir que estoy a cargo de un albergue en la mitad de la selva: tienes tu parte administrativa (hacer pedidos, revisar inventarios, hacer cobranza, hacer la logística) y de turismo (desde que llega, come y, al más puro estilo foxista, se va, el pasajero) y tienes otra que es de la jungla: tienes que lidiar con murciélagos que se meten en la infraestructura de la construcción, colmenas en tu habitación, lavar tu ropa, ponerla a secar y resecar porque llueve mucho, caminar los senderos y mantenerlos limpios para que los pasajeros no se piquen un ojo cuando andan por ahí. Ah! También están los Guacamayeros. En este sitio hay un proyecto de manejo de guacamayos y una buena media docena de investigadores. El albergue se encarga de proveerles alimentación y un poco de transporte a algunos de los puntos cercanos. A cambio, ellos dan charlas hablando del proyecto y así los clientes saben que apoyan también a una empresa con conciencia de cuidado hacia los guacamayos (ara macao, es el nombre científico de los que también llamamos papagayos).

Estos últimos me dijeron que me enseñarían a subir a los árboles pues ellos lo hacen para monitorear los nidos, sin embargo, con la chamba y las actividades, no ha habido mucha oportunidad. Sólo escalé como 3 metros de altura y luego tuve que salir corriendo a no sé qué cosa…

Bueno, anexo unas fotos para que vean un poco el sitio y espero que en el futuro les pueda hacer llegar un poco más de información… Un abrazo y saludo para todos.









CUARTO


Mis cuatro lectores se preguntan si aún estoy vivo. sí, estoy aún en pie. A veces con más sueño que otras, pero lleno de reflexiones de todo tipo. A continuación las ideas de la semana. Espero estar subiendo un poco de fotos en breve.

Sigo sin poder salir de acá. Mi vida es como la de una mascota domesticada: de los límites de la casa, no paso. Las alas se han replegado y no puedo creer aún que ya tenga un mes y medio en la selva sin probar trago de alcohol, sin ver a mis amigos, sin leer con calma un rico libro y sobre todo, sin la oportunidad de sentarme a escribir un cuento, una historia, un relato de algún viaje.

No, el andaryego está bloqueado. Pero al mismo tiempo se está divirtiendo, porque he decidido que el estrés no logrará deshacerme. Continúo diciendo que todas las empresas se oxidan después de unos años y como los humanos, dejan de soñar una vez que adquieren compromisos, como si fuera un proceso irremediable, como quien sigue el curso se un río sin poderlo cambiar, arrastrado por su urgencia de presente y olvidándose del futuro que le espera.

Me divierto adivinando actitudes del turista. Ese ser extraño que dice que viaja buscando nuevas experiencias y sitios sostenibles y que piensa que está haciendo un bien al mundo llevando por él la palabra de la globalización y de la apertura cultural a través de la comunicación entre países.

El que compite por ver quien tiene la mejor foto, el que lista todos los sitios en que ha estado y los compara con los del vecino, el que cuenta su aventura con más ahínco y emoción; el que se muestra más aventurero. Been there, done that.

Sí, compruebo que mi tesis no está tan errada y que tengo elementos interesantes que aprovechar para evaluar los impactos del turismo. Pero lo compruebo de nuevo: el turismo es un invento, como el desarrollo, de occidente. Hoy, leyendo la revista de Ecoclub lo pienso de nuevo: turismo en Pakistán, en Jordania: ¿nuevos horizontes o penetración cultural?

Pero estoy tratando de ordenarme, recordar mis viejas épocas de administrador. ¿Cómo sobrevivir al trabajo sin morir en el intento? ¿Cómo plantear tus ideas sin llegar al enfrentamiento pero al mismo tiempo reflejando tu ética personal?

Algo lindo he hecho: unas fotos a unas ranas, un par de juegos de ajedrez con el staff y unos cuantos mailes contando mi desengaño. También he recibido buenas respuestas y como siempre he dicho: mientras haya qué aprender, se puede seguir.

Todos los ríos toman su curso. El mío aún se cuestiona si teníamos que venir por esta parte del camino. Hay días que me siento tan bien de estar tan lejos que no me importan muchas cosas. El problema viene cuando te piden que administres como si fuera un hotel de Cancún: ¿Es esto la sostenibilidad?

No, no sé, quedan muchas preguntas en el aire, entre ellas, la de mi permanencia. Al final, mi experiencia me ha mostrado que las empresas son todas iguales. ¿Tal vez la pregunta deba ir por el área que me había planteado: ¿No habíamos quedado en ser únicamente consultor? Dicen que poderoso caballero es Don Dinero... el único problema es que a ese, yo aún no lo veo. Siplemente me jaló la selva e hice lo mimo que uno de los tripulantes del equipo que viene hoy, después de 20 días de trabajo y me pregunta: "¿Jefe, y yo, cuánto voy a ganar?" Cuando le pregunto sobre su contrato y negociación inicial, me dice simplemente que no, que nunca se fijó en eso...

Enfin, sigo recabando material para la próxima entrega, por cierto, mi promotora oficial de Toluca logró que me publicaran ya 2 cuentos en el diario 8 calumnias, página 27337, debajo del edicto 2334. Mentira, ella dice que quedaron muy chéveres, ahora sólo nos falta que nos comiencen a pagar por escribir y entonces sí, iniciaría una nueva vida.

Por ahora, me voy a dormir. Mañana a las 4:15 AM suena el primer despertador.

QUINTO

Todo fue muy rápido, si bien lento.
Todo fue aprender, pero también fue perder
Nada será igual, y sin embargo continuará
Nada se puede repetir: lo que se rompe no se pega

Una vez más, dejo un trozo de mi corazón
Una vez más, me voy contento de hacer amigos
De nuevo miro al horizonte
De nuevo cierro los ojos y me dejo ir

¿Quién decreta el futuro?
¿Cómo saber cuando algo está mal o bien?
¿Y quién dice que está bien y que debe ser así?
Nadie: sólo probando, sólo intentando

Me voy, porque tarde o temprano todo lo hacemos

De nuevo Rush y Bravado, de nuevo Yupanqui y el Cantor del Sur;
De nuevo el aire en las mejillas y lo desconocido
Tierra, tierra, algún día dejarás de girar bajo mis pies...

En fin, este lunes el Andaryego deja la selva y se embarca en unos días de ciudad: de nuevo a oler olores nauseabundos, de nuevo a respirar esmog. Otra vez a gastar, otra vez a buscar el pan...

Enderezar el bote de la relación con migraciones... dejar el camino abierto para lo que siga. Desde acá, un agradecimiento a los que siempre lo apoyan a uno, independientemente de la estupidez cometida. Nos veremos en el próximo capítulo, por favor no me culpen si por unos días me pierdo en el marasmo citadino de mi alma que seguro penará mientras encuentra de nuevo su camino, mientras halla la cura de los corazones que se dejan en trozos.

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