Cadenas de actividades y servicios; conclusiones
Chaparrí
Como se puede apreciar en la gráfica precedente, en la comunidad de Chaparrí hay una gran cantidad de relaciones entre sus participantes, tanto en el bloque de la influencia directa, indirecta (p.e. restaurantes aledaños), como los sectores “asociados” (escuelas, proveedores, transportistas). El buen funcionamiento de la reserva ha permitido desarrollar campañas de educación ambiental, capacitación de guías, y en general ha servido para estrechar los lazos comunitarios.
Relaciones entre paisajes; Medio ambiente; Guías y conocimiento histórico y cultural; HITOS de referencia; Artesanías, folclore, monumentos; festividades
En la reserva misma existe un área destinada a ceremonias shamánicas: un espacio apartado y que es utilizado únicamente para las actividades de este tipo que se desarrollan de acuerdo al calendario de la comunidad. Se nos comentó que se ha prestado especial atención en respetar dichas tradiciones, pues Chaparrí ha sido un sitio místico desde tiempos remotos.
La región vecina es eminentemente agrícola: se obtiene caña de azúcar, arroz, maíz y algunos otros cultivos; hay disponibilidad de agua e incluso se cuenta con infraestructura para su distribución. Se tenía el proyecto de unir dos cauces de río, sin embargo, como uno de ellos baja de una zona minera, algunos análisis de laboratorio detectaron que el líquido está contaminado, por lo que se suspendió el plan.
Los guías tienen entrenamiento claramente enfocado a la reserva, sin embargo, dado que todos son locales, cuentan con conocimientos históricos y culturales, aunque debe mencionarse que es una formación de corte más empírico que profesional; durante el trayecto previo a la llegada a la reserva uno de los guías contó una leyenda: una pequeña muestra de su interés por la tradición oral (es importante también mencionar que no tuvimos la oportunidad de conocer al resto de los guías, por lo que esta información es aproximativa).
En el contexto general, el área de Chaparrí está físicamente separada de la comunidad, por lo que no pudimos identificar un marco cultural. En el único poblado que visitamos antes de dirigirnos a la reserva no vimos más que una pequeña comunidad campesina con algunos restaurantes y un par de misceláneas en las que no se hacía promoción alguna de elementos artesanales y/o folclóricos; la comunidad tiene un aspecto semi-urbano.
Finalmente, en cuanto a gastronomía, se nos dio el servicio de restauración dentro de la misma reserva con alimentos típicos del área, en excelente presentación, higiene y calidad.
Como se puede apreciar en la gráfica precedente, en la comunidad de Chaparrí hay una gran cantidad de relaciones entre sus participantes, tanto en el bloque de la influencia directa, indirecta (p.e. restaurantes aledaños), como los sectores “asociados” (escuelas, proveedores, transportistas). El buen funcionamiento de la reserva ha permitido desarrollar campañas de educación ambiental, capacitación de guías, y en general ha servido para estrechar los lazos comunitarios.
Relaciones entre paisajes; Medio ambiente; Guías y conocimiento histórico y cultural; HITOS de referencia; Artesanías, folclore, monumentos; festividades
En la reserva misma existe un área destinada a ceremonias shamánicas: un espacio apartado y que es utilizado únicamente para las actividades de este tipo que se desarrollan de acuerdo al calendario de la comunidad. Se nos comentó que se ha prestado especial atención en respetar dichas tradiciones, pues Chaparrí ha sido un sitio místico desde tiempos remotos.
La región vecina es eminentemente agrícola: se obtiene caña de azúcar, arroz, maíz y algunos otros cultivos; hay disponibilidad de agua e incluso se cuenta con infraestructura para su distribución. Se tenía el proyecto de unir dos cauces de río, sin embargo, como uno de ellos baja de una zona minera, algunos análisis de laboratorio detectaron que el líquido está contaminado, por lo que se suspendió el plan.
Los guías tienen entrenamiento claramente enfocado a la reserva, sin embargo, dado que todos son locales, cuentan con conocimientos históricos y culturales, aunque debe mencionarse que es una formación de corte más empírico que profesional; durante el trayecto previo a la llegada a la reserva uno de los guías contó una leyenda: una pequeña muestra de su interés por la tradición oral (es importante también mencionar que no tuvimos la oportunidad de conocer al resto de los guías, por lo que esta información es aproximativa).
En el contexto general, el área de Chaparrí está físicamente separada de la comunidad, por lo que no pudimos identificar un marco cultural. En el único poblado que visitamos antes de dirigirnos a la reserva no vimos más que una pequeña comunidad campesina con algunos restaurantes y un par de misceláneas en las que no se hacía promoción alguna de elementos artesanales y/o folclóricos; la comunidad tiene un aspecto semi-urbano.
Finalmente, en cuanto a gastronomía, se nos dio el servicio de restauración dentro de la misma reserva con alimentos típicos del área, en excelente presentación, higiene y calidad.
MANGLARES DE TUMBES
La gráfica previa intenta poner en situación las relaciones existentes entre los actores de la zona de manglares. De acuerdo con las observaciones realizadas, se desprenden cuatro actores principales (comunidad, gobierno, sector privado y ONG’s) que parecen seguir distintos objetivos y no metas comunes: existe una conciencia sobre la necesidad de la conservación, pero no se encara el problema con una misma mecánica. Existe una clara disgregación de los participantes.
Relaciones entre paisajes; Medio ambiente; Guías y conocimiento histórico y cultural; HITOS de referencia; Artesanías, folclore, monumentos; festividades
El santuario de Tumbes se encuentra alejado de alguna comunidad en particular. Se arriba después de atravesar algunos asentamientos fuera de la ciudad de Tumbes, sin embargo, desde la óptica del turista que llega a los manglares, no hay ningún acercamiento con los pobladores más allá de la convivencia que se tiene durante la visita.
Al llegar al embarcadero se ven algunas cabañas (una para cada asociación), aún en proceso de construcción. Ahí, los turistas son recibidos por una comitiva de pescadores que prepara las embarcaciones. Unos minutos más tarde, se aborda y se parte a un recorrido de unas 4 horas.
Durante nuestro recorrido, fuimos atendidos por dos guías: uno, perteneciente a la compañía operadora turística, y el otro a la comunidad. El primero nos dio una visión general de los manglares, historia regional y la posición geográfica del lugar. El segundo se enfocó más a la conservación, sistemas de producción y problemática actual (empresas productoras de langostino, a quienes acusan de contaminar el agua, periodos de veda, desintegración grupal…). Ambos participaron durante la travesía, mostrándonos la fauna local.
Aproximadamente a la mitad del tour, hicimos una escala en una franja de tierra apodada “Las tejas”, donde probamos algunos platillos preparados por las mujeres de los pescadores de la asociación. La gastronomía local consistió de cebiche de mariscos, papas y ensalada. El lugar no contaba con ningún tipo de servicio higiénico.
Como en el caso de Chaparrí, no pudimos apreciar monumentos o artesanía local; sólo uno de los establecimientos de las asociaciones vendía algunas piezas extraídas del mar (conchas, caracoles, etc.)
SUGERENCIAS PARA OPTIMIZAR AMBAS EXPERIENCIAS TURÍSTICAS
- Ambos sitios podrían recibir más beneficios del turismo al establecer venta de artesanías, accesorios, recuerdos y artículos promocionales
- Aunque en el momento actual no se cuente con mucho turismo extranjero, el conocimiento de lenguas extranjeras sería un plus en el servicio
- La integración de corredores turísticos es también de vital importancia para la promoción regional, cuestión que parece tener claro Chaparrí (pero no hace aún), y no manglares.
- El turismo per se no masifica el desarrollo, sino que lo focaliza en las empresas que están directamente relacionadas con él. Una vez que una firma turística ha alcanzado cierto crecimiento, debe aprovecharse su experiencia (técnica, administrativa y humana) y aplicarla a otros sectores de la producción: sólo así será el turismo motor de desarrollo comunitario. Esto aún está por verse en Chaparrí y los manglares
Chaparrí
De acuerdo con lo que se nos comentó, se está implementando ya un programa de alojamiento en cabañas propias. Sería interesante analizar la posibilidad de organizar tours de especialización (largas caminatas con acampe, safaris fotográficos, observación de aves…) que podrían cobrarse a precios altos y generarían mayores ingresos.
En la integración que se busca con otros sectores de la sociedad, sería interesante atacar problemas comunes (p.e. se nos mencionó que algunos pumas se han ahogado en construcciones hidráulicas).
Manglares de Tumbes
El problema principal parece ser la baja productividad por contaminación, sobre explotación e insuficiencia tecnológica. Se debe afrontar esta situación, pues de este lugar depende la subsistencia de muchas familias; el ecoturismo es inalcanzable en una comunidad que lucha por su sobrevivir. Si no se mejoran las condiciones de vida, la depredación continuará.
Los recolectores de la comunidad están atomizados en tres diferentes organizaciones: se debe buscar a toda costa su reintegración para hacer un solo frente a la emergencia.
Es muy sencillo criticar el funcionamiento del lugar si no se tiene claro que en este ecosistema participan numerosos personajes: lograr acuerdos entre entidades tan distintas como empresas, autoridades, pescadores y operadores turísticos requiere de un amplio trabajo negociador, pero es el primer paso para la solución de esta problemática.
Podría ser ventajoso que existan 3 organizaciones: generaría competencia y mejora, sin embargo, en las condiciones actuales, sólo se puede esperar una lucha depredadora (de precios principalmente), donde los únicos perdedores serían los propios pescadores.
Relaciones entre paisajes; Medio ambiente; Guías y conocimiento histórico y cultural; HITOS de referencia; Artesanías, folclore, monumentos; festividades
El santuario de Tumbes se encuentra alejado de alguna comunidad en particular. Se arriba después de atravesar algunos asentamientos fuera de la ciudad de Tumbes, sin embargo, desde la óptica del turista que llega a los manglares, no hay ningún acercamiento con los pobladores más allá de la convivencia que se tiene durante la visita.
Al llegar al embarcadero se ven algunas cabañas (una para cada asociación), aún en proceso de construcción. Ahí, los turistas son recibidos por una comitiva de pescadores que prepara las embarcaciones. Unos minutos más tarde, se aborda y se parte a un recorrido de unas 4 horas.
Durante nuestro recorrido, fuimos atendidos por dos guías: uno, perteneciente a la compañía operadora turística, y el otro a la comunidad. El primero nos dio una visión general de los manglares, historia regional y la posición geográfica del lugar. El segundo se enfocó más a la conservación, sistemas de producción y problemática actual (empresas productoras de langostino, a quienes acusan de contaminar el agua, periodos de veda, desintegración grupal…). Ambos participaron durante la travesía, mostrándonos la fauna local.
Aproximadamente a la mitad del tour, hicimos una escala en una franja de tierra apodada “Las tejas”, donde probamos algunos platillos preparados por las mujeres de los pescadores de la asociación. La gastronomía local consistió de cebiche de mariscos, papas y ensalada. El lugar no contaba con ningún tipo de servicio higiénico.
Como en el caso de Chaparrí, no pudimos apreciar monumentos o artesanía local; sólo uno de los establecimientos de las asociaciones vendía algunas piezas extraídas del mar (conchas, caracoles, etc.)
SUGERENCIAS PARA OPTIMIZAR AMBAS EXPERIENCIAS TURÍSTICAS
- Ambos sitios podrían recibir más beneficios del turismo al establecer venta de artesanías, accesorios, recuerdos y artículos promocionales
- Aunque en el momento actual no se cuente con mucho turismo extranjero, el conocimiento de lenguas extranjeras sería un plus en el servicio
- La integración de corredores turísticos es también de vital importancia para la promoción regional, cuestión que parece tener claro Chaparrí (pero no hace aún), y no manglares.
- El turismo per se no masifica el desarrollo, sino que lo focaliza en las empresas que están directamente relacionadas con él. Una vez que una firma turística ha alcanzado cierto crecimiento, debe aprovecharse su experiencia (técnica, administrativa y humana) y aplicarla a otros sectores de la producción: sólo así será el turismo motor de desarrollo comunitario. Esto aún está por verse en Chaparrí y los manglares
Chaparrí
De acuerdo con lo que se nos comentó, se está implementando ya un programa de alojamiento en cabañas propias. Sería interesante analizar la posibilidad de organizar tours de especialización (largas caminatas con acampe, safaris fotográficos, observación de aves…) que podrían cobrarse a precios altos y generarían mayores ingresos.
En la integración que se busca con otros sectores de la sociedad, sería interesante atacar problemas comunes (p.e. se nos mencionó que algunos pumas se han ahogado en construcciones hidráulicas).
Manglares de Tumbes
El problema principal parece ser la baja productividad por contaminación, sobre explotación e insuficiencia tecnológica. Se debe afrontar esta situación, pues de este lugar depende la subsistencia de muchas familias; el ecoturismo es inalcanzable en una comunidad que lucha por su sobrevivir. Si no se mejoran las condiciones de vida, la depredación continuará.
Los recolectores de la comunidad están atomizados en tres diferentes organizaciones: se debe buscar a toda costa su reintegración para hacer un solo frente a la emergencia.
Es muy sencillo criticar el funcionamiento del lugar si no se tiene claro que en este ecosistema participan numerosos personajes: lograr acuerdos entre entidades tan distintas como empresas, autoridades, pescadores y operadores turísticos requiere de un amplio trabajo negociador, pero es el primer paso para la solución de esta problemática.
Podría ser ventajoso que existan 3 organizaciones: generaría competencia y mejora, sin embargo, en las condiciones actuales, sólo se puede esperar una lucha depredadora (de precios principalmente), donde los únicos perdedores serían los propios pescadores.
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