
Sí, había por ahí algo en la cabeza que me hacía recordar a los españoles explotando indios en Zacatecas, Taxco, las minas del Potosí, pero he de confesar que era una idea de segundo grado: era más bonito pensar en aquellos emprendedores que se partían el alma con tal de encontrar su piedrita y bueno, al final se explotaban a ellos mismos, pues era propiedad privada.
Pero después llegué a la tierra de Mariátegui, Arguedas y Scorza, y me di cuenta de que acá, hablar de minería es excesivamente complejo. (seguir leyendo)