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Se comenta que la desgracia es muy parecida a la de Nueva Orleans con Katrina... y la pregunta es: (clic a "seguir leyendo")
Si es similar... ¿significa que pudieron nuestras autoridades haber aprendido algo de eso? Pareciera que la respuesta es no. Como bien dice el dicho: "después de niño ahogado, a tapar el pozo", porque resulta que entre todos los escombros (y los que vendrán serán mayores), comienza a aparecer información de que se contaba con fondos para hacer adecuaciones y limitar los riesgos, pero al parecer no se usaron. En eso sí hay un parecido con Nueva Orleans: en ocultar información, no hacer lo correcto, y en ser corruptos... sólo que allá sí rodaron cabezas.
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Cuando inicié esta pequeña nota, medité el título durante un momento: ¿es este un problema del cambio climático? ¿Es esto un asunto político? ¿Es tiempo de criticar la situación mientras la gente se ahoga y lo pierde todo? Bueno, desde un lugar tan lejano, con toda la acción puesta en el estado, y el interés de nuestros políticos en hacerse de un poco de capital moral, creo que más ayudamos no estorbando: ya hay mucha gente chambeando en eso.
Pero sí hay que presentar un par de reflexiones para quienes tenemos la fortuna de no estarlo sufriendo en carne propia, porque el hecho de que no estemos ahí cargando los costales, no nos hace mudos ante el evento. Tal vez nuestro trabajo en este instante tenga cierto valor si invitamos a un pequeño análisis.
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Hablaba del título. No, no es un error. No fue mi intención decir "cambio climático" Me parece que a estas alturas de nuestra historia, el tema del incremento de temperaturas y de las olas de cambios bruscos no son discutibles: la tierra está sumergida en un proceso natural de cambio desde antes que nosotros, supuestos animales racionales, existiéramos. El que niegue que la tierra se calienta, y que la meteorología está en un proceso irreversible, no ha leído ni siquiera un pasquín. Dejemos a un lado la discusión de qué tanto está afectando en ello el ser humano (pongámoslo en manos de la ciencia y démosle seguimiento, solamente), enfoquémonos al hecho:
Si sabemos que cuando el cielo se pone gris es señal de que puede llover, lo menos que podemos hacer es salir de casa con una sombrilla o un impermeable; si sabemos que estaremos en la playa durante horas, al menos cargamos con el bloqueador solar... ¿y si sabemos que el clima en el mundo está cambiando?
A eso llamo el "Cambio paradigmático": pareciera que no nos hemos dado cuenta que debemos incluir en nuestra planeación (personal, urbana, nacional) una estrategia de mitigación y de prevención ante el cambio climático. Y no es por moda, sino por necesidad elemental de sobrevivencia. ¿O requerimos ver más ejemplos?
El cambio de paradigmas implica dejar atrás viejas ideas y aceptar las que llegan, ante la existencia de nuevas evidencias. Nada más cercano a lo que está sucediendo: la construcción de nuestro futuro debería estar regida por estas reflexiones.
Comprendo que aún exista una gran cantidad de personas que dudan del impacto de las actividades humanas en las modificaciones de las condiciones climáticas (la misma Unión Europea lo reconoció apenas hace unos meses, ¿qué esperar de nuestras autoridades desinformadas e ignorantes?), pero deberíamos comenzar a prestar un poco de nuestra atención al asunto: México tiene muchas zonas de riesgo.
Ayer, miestras escuchaba a Carmen Aristegui, escuché una intervención de AMLO en la que hablaba "de un sistema económico que es en parte causante de estas desgracias". Sé que muchos de mis lectores (bueeno, de los 5 que leen esto) no coinciden con él, ni con sus ideas, y que tampoco este alegato es nuevo, pero los invito a pensarlo un poco: nuestro país es un estado que oscila entre el desorden latinoamericano y el consumismo gringo. Cambiar de celular y de auto cada dos años hace que la industria del país funcione, pero ¿tiene un límite el consumismo?
La sostenibilidad no tiene una lucha a muerte con el mundo desarrollado, sólo pide que tengamos una conciencia de futuro de largo plazo y que consideremos los impactos de nuestras acciones presentes
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En México hay un tipo que se dice presidente y que cada vez que tiene la oportunidad se pone su gorrita de militar, haciéndonos ver cómo ignora la historia de nuestra Latinoamérica y su triste experiencia castrense (y que para colmo recibe ahora un "Plan Mérida" como un éxito de su gobierno, cuando no es sino una pérdida más de soberanía). Tabasco tiene una presa que produce el 50% de la electricidad del país y que no le deja nada a cambio, salvo tal vez los problemas de un pésimo manejo, y todos tenemos un país que compra, gasta, dispendia y desperdicia su dinero (Tabasco tiene uno de los prespuestos per-cápita más altos del país), cuando tiene un rezago enorme a nivel educativo, democrático y ambiental. ¿Acaso no es necesario el cambio paradigmático?
(Con fotos de La Jornada, BBC, Greenpeace, agencia de turismo mexicana)
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