Investigación de mercados en Máncora

Como parte de un trabajo de prospección para uno de los clientes de Ecoconsult Perú, hemos llevado a cabo un estudio de mercado de Máncora y de su zona aledaña. El proyecto ha consistido en establecer una “fotografía” de la situación en que se encuentra este sitio turístico.

Para ello, hemos realizado tres actividades principales: tal vez la más fuerte de ellas a nivel de metodología, fue la realización de alrededor de 500 encuestas a visitantes, (seguir leyendo)

tanto nacionales como extranjeros, para conocer su satisfacción con respecto a servicios y en general al producto turístico; el segundo de los aspectos consistió en más de 10 entrevistas con lo que llamamos “actores locales” (traducción libre pero muy utilizada para el término “stakeholders”: desde las autoridades del área, pasando por público local, hasta empresarios de los diversos servicios ofrecidos, y; como tercer aspecto, el análisis de data recopilada por las mismas autoridades (en estudios diversos), así como por grupos privados que han elaborado análisis sobre el sitio.

El cuarto aspecto combina los tres anteriores, más nuestra observación y conocimiento a nivel ambiental y comercial para integrar esta vista panorámica de esta zona del norte peruano.

Si bien una buena parte de la información obtenida tiene un sello de exclusividad para nuestro cliente, él ha estado de acuerdo en compartir una porción de los resultados, consciente de que ello puede ayudar a la mejoría del destino en general, lo que redundaría en una mejor oportunidad para todos.

No es un misterio, ni un descubrimiento si hablamos de la escasa organización de los actores, la mínima participación de autoridades, empresarios y sociedad. Tampoco es un hallazgo el decir que el turismo sostenible no forma parte de lo que sucede en el norte peruano, sin embargo, sí resulta importante mencionar que hay, existe, un grupo de personas con intereses muy similares (la tendencia a la mejoría de sus condiciones de vida) que intentan llegar al mismo fin por caminos muy distintos.

La realidad del turismo en América Latina es que ha hecho muy poco por los grupos sociales de origen (por llamar de algún modo a los pobladores iniciales que estuvieron en los sitios antes de que éstos se desarrollaran turísticamente), y que esto ha repercutido en el bajo nivel de crecimiento para los mismos empresarios, pues es sabido que sin un mercado interno, el turismo tiene muy pocas posibilidades de convertirse en una herramienta del desarrollo.

¿Cómo hacer para que los grupos de poder lleguen a puntos concretos de acuerdo a partir de los que puedan comenzar a construir su imaginario colectivo? ¿Qué hacer para sentar a personas con intenciones aparentemente distintas, pero que en realidad tienen objetivos finales idénticos?

El desarrollo sostenible, manejado desde una perspectiva académica y aterrizada en lo social, en la práctica de la negociación grupal, se presenta como una respuesta interesante: la integración de grupos que identifiquen necesidades básicas y creen, para monitorear su cumplimiento, grupos de indicadores es una posibilidad. Desafortunadamente esto es difícil si no se cuenta con la base elemental: la voluntad de sentar a actores tan diversos como los habitantes de los pueblos jóvenes y los hoteleros preocupados por la inseguridad achacada a los primeros, mientras éstos últimos se quejan de la sobreexplotación laboral.

La empresa asesora puede ofrecer los espacios y arrancar algunos procesos, pero los actores deben comenzar por tener claro que además del tiempo que ello toma, no hay nadie, de no ser por ellos mismos, que en verdad pueda apropiarse de los programas de mejora.

El reto consiste entonces en iniciar con procesos que permitan, a través de la identificación de otras realidades distintas a la suyas, situaciones similares que sirvan para analizar las soluciones que se han ofrecido a esos casos, sin que se tengan que tomar como propias: eso elimina el primer problema de la personalización del caso y de las acusaciones mutuas.


Aunado a eso, es indudable que se requiere iniciar todo el proceso de negociación a partir de los objetivos comunes, y no de las problemáticas de conjunto. Esta apreciación podría parecer banal, pero es tan sencilla como pensar en las parejas que, cuando tienen un problema pueden iniciar por decidir el sitio donde las irán a platicar (ese es su primer punto de acuerdo), o que ambos están interesados en afectar de la menor forma a los hijos (otro punto de acuerdo importante), y no por definir quien inició la trifulca o si la casa quedará en manos del hombre o la mujer (que sería comenzar por los problemas).

Luego pues, este estudio arrojará luces interesantes, tal vez iniciando por descubrir que la información disponible al momento es aún muy elemental y en algunos casos insuficiente, y despertará en algunos la intención de obtener más data que permita la construcción de la Máncora sostenible que se requiere para enfrentar verdaderamente los embates del turismo.

Si estás interesado en obtener parte de la información resultante de este estudio de mercado, te invitamos a contactarte con nosotros para tenerte en la lista de quienes la recibirán, previa aprobación de nuestro cliente.

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